De niño jugaba en la arena y saltaba sobre las olas con sus primos. Veía el mar pero no lo conocía. Unos años después, cuando su tío lo invitó a ir de pesca, su mundo cambió. Allí fue donde pudo ver por primera vez el mar “desde adentro”. Comenzó a sumergirse y explorar ese nuevo mundo submarino y hoy, más de 12 años después, lo sigue haciendo, pero ahora no solo para divertirse.
“Cuando entro al mar y veo la riqueza de ese mundo interior, me entran muchas ganas de protegerlo y quiero que todo siga ahí”. Róger Colomar
Róger Colomar es un joven buzo de Puerto Viejo de Limón, una turística y alejada comunidad costera en el Caribe de Costa Rica. Por las noches trabaja en un bar para ayudar a su abuela a mantener el hogar. En el día se convierte en Embajador del Mar, lo que significa continuar sus estudios y apoyar proyectos de conservación de playas y corales, la principal riqueza natural de este lugar.
Ser Embajadores y Embajadoras del Mar representa para las y los jóvenes de esta zona, encontrar un camino positivo en medio de la dualidad en la que viven. Las drogas, las fiestas y el licor intentan seducirles desde muy corta edad.
“Entrar al mar me trae mucha paz, mucha tranquilidad y siento que soy uno con el mar.” Esteban Gallo
“La mayoría de los jóvenes de mi escuela tomaron el camino que no es correcto, algunos han cometido delitos, robos, están en drogas o en presión. Hay que tener mucha disciplina y criterio para no caer en esto” cuenta Esteban Gallo, de 23 años, otro joven buzo de Puerto Viejo, que se ha propuesto también ser parte de este movimiento para proteger los arrecifes de coral.
Tanto Róger como Esteban pertenecen desde el 2014 al Centro Comunitario de Buceo Embajadores del Mar, una iniciativa que ya aglutina a más de 30 jóvenes de la localidad.
“Es algo mágico sentir como te envuelve el mar, me imagino que es como si estuviera en otro planeta” Anumí Sassaroli
“El Centro realmente ha venido a ofrecernos un propósito en la vida. Conectarse con el mar es una forma bonita de tener un propósito en la vida y alejarnos de las cosas malas“, afirma Anumí Sassaroli de 17 años, quien recién concluyó sus estudios secundarios y forma parte activa de este grupo que ha encontrado en el mar la inspiración para su futuro.
A través de un convenio entre el Centro de Buceo Comunitario y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), estos jóvenes están recibiendo apoyo para continuar su capacitación en técnicas de buceo, identificación, monitoreo y restauración de corales, campañas de limpieza de playas y emprendimientos juveniles.
Durante muchos años la costa de Puerto Viejo se ha visto gravemente afectada por la falta de tratamiento de aguas residuales. Por eso, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) bajo la gestión de UNOPS, comenzó a construir en 2020 el nuevo alcantarillado sanitario y planta de tratamiento de aguas residuales que permitirá reducir las fuentes de contaminación del arrecife. Ese mismo que Róger, Esteban, Anumí y sus colegas embajadores y embajadoras del mar se han propuesto salvar.
“El establecimiento de relaciones colaborativas con organizaciones de la comunidad es fundamental para el cambio cultural requerido en la operación del sistema de gestión de aguas residuales, de allí que invertir en el fortalecimiento de capacidades de las personas jóvenes es invertir en el futuro. Serán ellas y ellos, quienes se encarguen de ver la evolución del arrecife, cuando ya la planta de tratamiento esté en marcha”, explicó Alejandro Rossi, Representante de UNOPS en Costa Rica.
Se trata de contribuir con la creación de capacidades con el único propósito de que una vez que el alcantarillado sanitario en Puerto Viejo entre en funcionamiento, ellos y ellas continúen trabajando para proteger el arrecife.
“Una vez que la planta de tratamiento esté funcionando, las personas también necesitarán saber que no pueden tirar basura ni residuos al mar, que no deben pisar los corales, que debemos conservar el arrecife, sino de nada serviría todo este esfuerzo”, explica Anumí sobre el rol que las personas jóvenes del Centro de Buceo esperan asumir en el futuro como complemento a estas obras de infraestructura sanitaria, una tarea nada fácil si consideramos que muchas personas en la comunidad aún no le dan el valor real al trabajo que realizan los embajadores y embajadoras del mar.
Alrededor de este proyecto los jóvenes embajadores y embajadoras del mar han viajado a capacitarse para forjar un camino hacia el futuro. Sueñan con ser instructores profesionales de buceo, montar sus negocios relacionados con esta actividad y continuar preservando la riqueza natural de este lugar, en un contexto en el cual las aguas residuales tendrán un tratamiento terciario de desinfección antes de ir al mar.
En Costa Rica, UNOPS ha gestionado en los últimos 5 años más de 15 obras de infraestructura, entre ellas tres proyectos específicos relacionados con agua y saneamiento.
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